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"Un picado en el cielo"




 En una cancha improvisada entre las nubes
 con tribunas habitadas por estrellas
 Nuestro Señor invitó a jugar al fútbol
 a los que fueron famosos en la Tierra.
  
 “¿Quién elige?”, preguntó la muchachada
 y designaron a Mauriño y a Moreno
 para que armaran dos buenos rejuntados
 con estilo y alma de potrero.
  
 Eliseo fué buscando a los de Boca
 mientras el Charro a los de River elegía.
 River-Boca, Boca-River ¡en el cielo!
 ¡El clásico mayor de la Argentina!
  
 Los xeneizes ya estaban preparados,
 pero el Charro, preocupado, daba vueltas
 buscando un crack definidor y habilidoso
 para poder completar el ala izquierda.
  
 Cuando nadie parecía conformarle
 una barra de cometas en la luna,
 entonando un estribillo de tablones
 le cantaron: “Ese puesto es de Labruna”.
  
 “¡Es verdad!”, exclamó el Charro entusiasmado,
 “con el Feo esto sería una milonga...
 Traigameló, Señor, nos hace falta,
 ¡total el mundo ya tiene a Maradona!”.
  
 El Señor, que todo sabe y todo puede,
 envió a un ángel a la tierra con urgencia,
 y Labruna que charlaba con “El Pato”
 escuchó el llamado en su conciencia.
  
 “Un picado en el cielo... ¿Contra Boca?
 ¡Por supuesto, claro que lo juego!”
 Y así fué que se marchó detrás del ángel
 ¡Nada más que por ganarle a los bosteros!
  
 Angelito querido, te saludo,
 aunque soy y seré siempre hincha de Boca,
 porque te veo colgado de una nube
 pintarrajeando una oblícua banda roja.
  
Rodolfo Garavagno





*Poema escrito por el compositor Rodolfo Garavagno y publicado en la Revista Millonarios en 1984, un año después del fallecimiento de Ángel Amadeo Labruna. El poeta, hincha de Boca, lo escribió bajo el lema "Rivales siempre, enemigos nunca", a modo de campaña contra la violencia en el fútbol, lo que aparece hoy como uno de los primeros actos de este tipo. Garavagno, en un programa de televisión, dijo: "El día que la gente de River colocó una placa recordatorio en la fatídica Puerta 12, comprendí que mi prédica dejó un mensaje de paz", y reconoció que estaba feliz porque este peoma "le abrió las puertas del Club atlético River Plate y pudo ir a disfrutar un Superclásico al Monumental". 
Es por eso que desde Paladar Millonario elegimos su gran poesía para este día especial. Hoy se cumplen 31 años de que el "Feo" se fue a jugar al cielo. Utilizamos el poema a modo de homenaje, para conmemorar la trágica tarde del 19 de septiembre de 1983 en que Angelito, mientras daba un paseo junto al Pato Fillol, sufrió un paro cardíaco y dejó de existir físicamente, aunque siempre va a ser recordado como el mejor de todos nosotros. Gracias eternas, Angelito.

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