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¿Soñar o no soñar? Esa es la cuestión

River ganó tres partidos consecutivos y se encuentra solamente a un punto de la cima a falta de ocho fechas para el final. El nivel de juego del equipo de Ramón no es el mejor y hay momentos de los partidos en que la pasa mal, pero luego del triunfo frente a Newell's la candidatura de River se hace oficial. La duda es, ¿Conviene empezar a pensar en un campeonato? ¿Tiene lo necesario este plantel para pasar a la historia?


River festeja y sueña
foto: Twitter (@_fernandezroy)

 Con la victoria de ayer, River sacó los 9 puntos que, para muchos, eran impensados debido a la calidad de los rivales y por la irregularidad del mismo River. Pero este equipo, con lo que tiene, derrotó a Lanús, Boca y Newell's en menos de dos semanas y ahora la ilusión renació hasta en los más escépticos, tomando en cuenta la paridad general del torneo y que River está escoltando a Colón, equipo del que nadie esperaba que lidere el torneo como lo está haciendo.

 Lo que quizás hace dudar la posibilidad de que River se haga con un nuevo campeonato es el mismo River. La deuda ofensiva se empezó a saldar con los dos goles frente a Lanús y Boca, pero todavía existen problemas de definición. Los delanteros de River no son finos para definir los encuentros y eso otorga vidas a sus rivales que a veces no perdonan. Además, el equipo empezó a ceder la posesión del balón, lo que hace que los riesgos sean mayores, aunque vale recordar que por mucho tiempo la posesión fue favorable y los resultados adversos.

 Sin embargo, si bien el equipo de Ramón modelo 2014 no es el equipo de Ramón modelo 1996, mostró una mejoría táctica y también de actitud y sacrificio. Por eso, a veces, la cuota de buen juego que no se encuentra se suplanta con entrega. A veces, a los golpes, a los tumbos, River va, y es la única manera que tiene de ir. 

 Ledesma volvió a demostrar por qué le decimos "Lobo"; a sus 35 años sigue con apetito de fútbol. Corta y sale jugando, y corre como si tuviera 10 años menos. La pareja de centrales, cuando está concentrada, es impenetrable. Por arriba y por abajo, Balanta y Maidana son la pesadilla de los 10 y los 9 de área rivales. No dejan que les lleguen pelotas, los desconcentran, los fastidian, los sacan del partido. Los rapiditos como Lanzini, Villalva o Vangioni son para el ataque pero también aportan en defensa, cortando los avances de los laterales rivales, presionando arriba, obligando al pelotazo. Y, en el fondo, bajo los tres palos, el que es probablemente el mejor arquero que ha tenido River en los últimos años: Marcelo Barovero. Además, cuenta con un muy buen recambio en el banco. De esto se hace fuerte River, y si le sumamos las presencias del Torito Cavenaghi y Teo Gutiérrez, es difícil pensar que el club más grande del país no pueda pelear un campeonato. Y más cuando se mira al banco y ahí está Ramón.

 Un campeonato como éste: el puntero peleando por mantenerse en Primera con jugadores de sus inferiores; un Vélez que puede ganar por 3 goles y perder por 4 al siguiente partido es escolta; los equipos grandes ya van quedando atrás y ya se demostró que cualquiera le gana a cualquiera. El que encuentre regularidad, se encuentra con la punta. Eso es lo que le pedíamos a este River, y ganar tres partidos consecutivos se asemeja mucho a eso.

 La pregunta era si conviene sacar chapa de candidato, porque la presión podría jugar un papel negativo en un plantel inconsistente; si conviene ilusionarnos y arriesgarnos a otra desilusión, pero la pregunta pierde importancia. El hincha, sin darse cuenta, ya sueña con el nuevo campeonato, que sin dudas es posible si este equipo sigue demostrando que puede vestir la Banda Roja en el pecho.

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