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“Por ahí llego para la Supercopa”

Cavenaghi está en su casa y se ilusiona con la final ante el campeón de la Copa Argentina, en diciembre. Igual, avisó: “No voy a arriesgar”.



Ya está en su casa, con la pierna estirada y la bota en el pie derecho para inmovilizarlo lo máximo posible y para evitar cualquier roce que Benjamín o Sophie puedan hacerle mientras corretean a su alrededor. La cirugía que tanto se demoró ya es pasado para Fernando Cavenaghi. Ahora es tiempo de reposo, “de la cama al sillón y del sillón a la cama” es la receta peronista, y de empezar esa cuenta regresiva de tres o cuatro meses, según le comentaron los médicos. Y aunque asegura que no quiere apurarse y que no piensa arriesgar, la tentación es más grande y, cuando todos esperan contarlo como uno más para el 2015, el Torito se juega una fichita: “En diciembre tenemos una final y por ahí puedo llegar haciendo un gran esfuerzo”.

El torneo terminará el 7 de diciembre, en Quilmes. Y unos días después se jugará la Supercopa contra el ganador de la Copa Argentina. En eso ya está pensando Cavenaghi, aunque, con las revoluciones más bajas, admite que quiere “llegar bien a la pretemporada porque es la base para todo el semestre. Si me recupero antes mucho mejor, pero no voy a arriesgar porque después tenemos la Libertadores”. Claro que a mediados de diciembre ya habrán pasado cuatro meses de la operación y los tiempos que le pronosticaron los médicos encajan para estar en ese partido decisivo.

Pero tantas vueltas hubo alrededor de esa bursitis que mejor no ilusionarse de más. “Cuando terminé el torneo, el doctor me dijo que con un mes de reposo ya volvía a jugar”, contó el goleador lo que le había dicho Rafael Giulietti, el médico del cuerpo técnico de Ramón. La realidad fue otra, aun más grave cuando entró al quirófano. “Al abrirme se encontraron con un panorama bastante oscuro. Había algunas cosas más de lo que se veía en los estudios: tenía un cartílago desprendido, mucho líquido, la bursa muy inflamada y un hueso casi despedazado por las infiltraciones que me tuvieron que sacar”, detalló en América&Closs.

A pesar de ese escenario, los doctores “quedaron conformes con la operación” y la rehabilitación está en marcha. Por estos días será con muchas horas frente al televisor o con el celular en la mano para hablar, jugar y chatear. Pero después del primer mes, el Torito empezará a moverse con una idea fija: volver a ponerse la camiseta de River.

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