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"River modelo 2014" por Pablo Lavallen

Dos torneos, dos versiones, dos técnicos y dos estilos.


River versión Ramón Díaz

Analizando el River campeón 2014 encontramos un equipo que fue de menor a mayor, con cambios y variantes tácticas al principio que no dieron el resultado esperado. Utilitario, Práctico y Clásico en ciertos aspectos, son calificativos del equipo de Ramón, que construía su juego basado en la tenencia de la pelota, que tenía su mejor exponente en el Lobo Ledesma. Sin priorizar muchas veces, la elaboración a base de salir limpio desde el fondo, pero tratando siempre de buscar que la pelota pase por Ledesma para desde ahí, mover sus piezas tratando de encontrar espacios que deje el rival y aprovechar las relampagueantes gambetas de Lanzini, las llegadas de Carbonero y Vangioni por las bandas, el toque sutil de Teo y los goles del siempre oportuno Cavenaghi.
Un equipo que jugaba tratando de ser paciente y aprovechando los aportes de sus jugadores más desequilibrantes, de allí el calificativo de "clásico" por practicar un fútbol que le dió muchos dividendos al Riojano en el último lustro de los '90, sustentado por la creatividad de los "distintos" que River supo tener dentro del terreno de juego.
Con la llegada del título N°35, también llegaron los cambios, el más resonante, el del entrenador campeón de la temporada y más adelante la partida de jugadores importantes como Ledesma, Carbonero y Lanzini entre otros.

River versión Marcelo Gallardo

A partir de este punto vemos la versión de Marcelo Gallardo, de un RIVER distinto, desde lo conceptual, sin dudas con una mirada más renovada, contemporánea a la concepción de un estilo de juego que parece estar aflorando en varios técnicos jóvenes de nuestro fútbol, como lo es Marcelo Gallardo.
Su versión del River 2014, parece en estos pocos partidos, diferir de la idea de Díaz, tratando de que la idea futbolística y las formas, sean la principal estrategia de este equipo, que parece no depender de uno o dos jugadores, para la elaboración y construcción de juego, sino que hace que cada jugador participe en el armado, cumpliendo cada uno, un rol bien establecido en el campo de juego.
Sí bien es muy pronto para aventurar una proyección de lo que veremos en este nuevo ciclo, la idea más contrastante parece ser, no la distracción a través del toque de pelota, que bien se realizaba en el ciclo anterior, para después encontrar los espacios al frente y generar peligro, sino la intención de buscar llevar el juego a donde River quiere, independientemente de lo que el rival le planteé e imponiendo las condiciones y el ritmo de juego.
Por eso hemos visto hasta ahora, una salida más elaborada, sin tanto pase saltando líneas, más rapidez en las transiciones, presentando varias opciones de pase y casi una obligación de abrir rápido la cancha, siendo anchos para ser profundos.

Sin dudas dos modelos diferentes, pero efectivos, el 1° más clásico y práctico, el 2° más audaz y elaborado. El tiempo pondrá las cosas en su lugar, pero la ilusión parece estar bien fundamentada.

Por Pablo Lavallen, DT de la séptima división de River

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