Nuevo aniversario del nacimiento de Bernabé Ferreyra
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Un 12 de Febrero de 1909 nacía en Rufino, Provincia de Santa Fe, Bernabé Ferreyra, considerado por muchos el primer gran ídolo de River.
Goleadores de raza hay muchos, uno los ve a diario en el fútbol mundial, pero goleadores como Bernabé Ferreyra, con su historia y sus vivencias, son edición limitada.
Proveniente de Tigre y con paso por varios clubes del ascenso, le debemos a Bernabé nuestro apodo de "Millonarios". Es cierto que hoy el club no está en el apogeo de su economía, pero allá por el año 1932 River pagó por él la increíble suma de $35.000, lo que significó en ese entonces y el traspaso más caro en la historia del fútbol.
Razones para gastar semejante cantidad de dinero no faltaron, a base de sus goles, las canchas donde jugaba River desbordaban de gente y pronto se recuperó la totalidad invertida. De hecho, en su debut con la banda, marcó dos goles para la victoria por 3 a 1 frente a Chacarita y allí comenzó la leyenda.
Con remates de hasta 200 km. por hora, "La Fiera"consiguió que se impusiera un premio a aquel dichoso arquero que consiguiera mantener la valla invicta, premio que ganó De Nicola, arquero de Huracán, luego de una racha de 19 goles en 12 fechas. Ese año River obtuvo su primer título local y Bernabé fue el goleador, con 43 tantos.
Pero aún quedaba mucho más sobre este artillero nato, y el 15 de Abril de 1934, Fernando Bello, arquero de Independiente, logró taparle un penal, aunque la potencia de disparo fue tanta, que el guardameta terminó desmayado y con ambas muñecas fracturadas. A partir de ahí se ganó un nuevo apodo: "El mortero de Rufino".
Con la banda roja cruzándole el pecho, se consagró campeón en las copas campeonato de 1932, 1936, 1937 y la copa de oro de 1936. Y también consiguió un récord asombroso, anotando 187 goles en 185 partidos, toda una leyenda que, además de ser recordado por sus goles de media distancia, fue visto como un centrodelantero con gran inteligencia a la hora de repartir el juego, por gambetear con rapidez, por su velocidad mental y potencia sin igual.
Hoy, se lo recuerda como el tercer máximo goleador del club, solo por detrás de otros dos monstruos como Ángel Labruna (293) y Oscar Más (219). Aunque es el único en finalizar su carrera con más goles que partidos disputados, un verdadero "Romperedes".
Su retiro fue obligado, a pesar de haber sufrido varias lesiones, su fortaleza lo hacía volver, pero lamentablemente, una lesión en los ligamentos cruzados puso punto final a su carrera.
