Análisis de la dura derrota contra All Boys

https://paladarmillo.blogspot.com/2014/03/analisis-de-la-dura-derrota-contra-all.html
Mostrando un desempeño totalmente desorganizado y sin conceptos, River volvió a perder de visitante. Esta vez fue 3 a 2 en Floresta contra All Boys y se estiran a 9 los partidos sin ganar fuera de casa. El millonario había empezado ganando con el buen gol de Carbonero pero se desmoronó en pocos minutos y el albo se lo dio vuelta. El descuento llegó faltando media hora y se recuperó un poco de aire pero no alcanzó para ganar un partido que a priori debería haber sido fácil para un equipo si tomamos en cuenta los buenos momentos que finalmente no aprovecha. El conjunto de Ramón quedó a 4 puntos de la punta, que sigue cerca desde lo matemático pero lejos desde el rendimiento.
Ingenuidad. Inmadurez. Incapacidad. Las tres "G" fueron reemplazadas por las tres "I". Esos son los adjetivos que marcan a fuego el River de Ramón modelo 2014. Los errores que comete los paga caros y demuestra que cualquiera puede hacerle partido simplemente aprovechando las desatenciones básicas que comete en todas las líneas. Así fue como los de Floresta ganaron el partido de hoy. River ganaba 1 a 0 y controlaba la pelota, pero en un tiro libre, una expulsión y los primeros 5 minutos del segundo tiempo, destrozó las ilusiones de volver a la victoria de visitante.
La primer media hora de partido fue totalmente de River, que controlaba la pelota y demostraba ganas de lastimar, mientras que el conjunto local no recuperaba la posesión. A los 14' del encuentro llegaría el gol de River luego de una buena combinación entre los colombianos Teo Gutiérrez y Carbonero, que colocó la pelota suavemente contra un palo. Luego de la apertura del marcador, el desempeño fue de mayor a menor y los dirigidos por Rodríguez empezaron a adelantarse en la cancha, aunque fue más por las dudas de River que por mérito propio. Igualmente, el arco de Barovero no corría riesgos claros.
Sin embargo, a la media hora del primer tiempo, All Boys se encontró con un tiro libre en la medialuna del área por una falta de Balanta que el chileno Espinoza pateó fuerte y al ras del suelo. La pelota se coló a la derecha de Barovero y, desde ahí, todo se hizo cuesta arriba para los de Ramón Díaz. El descontrol y nerviosismo en el que cayó el equipo terminó de sepultarlo cuando pocos minutos más tarde Vangioni se fue (correctamente) expulsado por un planchazo muy fuerte contra el mismo autor del gol de All Boys.
El segundo tiempo no podía haber empezado de peor manera: en 3 minutos, el albo se encontró con 2 goles más, de Torassa y Calleri, por errores defensivos realmente inexplicables de parte de un equipo profesional. Así, All Boys parecía liquidar el partido a falta de más de 40 minutos de juego. El marcador estaba 3-1 y River tenía un jugador menos. Sumado a esto, ningún jugador parecía demostrar caracter cuando el equipo más necesitaba una reacción.
Luego, llegó el primer cambio polémico cuando Ramón decidió reemplazar a Teo, de flojo partido, por Matías Kranevitter. Extraño cambio si se toma en cuenta que había que hacer dos goles para llegar al empate. Pero sorpresivamente el equipo se despertó y un minuto más tarde llegó el segundo gol de Carbonero desde un tiro de esquina. De cabeza, el colombiano se encargaba de batir al arquero Cambiasso y poner a River otra vez en el partido y tirar a All Boys contra su área a pesar de tener un jugador de más.
A partir de ahí River controlaba el partido y All Boys tuvo algunas chances de contraataque, pero ambos equipos con más desesperación que claridad. El ingreso del Keko Villalba por Carbonero brindó un poco más de sorpresa pero no mucho más. El equipo no encontró conductor y tampoco hubo jugadores que inclinen el partido a base de individualidades. Así se fueron los 30 minutos que faltaban: Choque, remates intrascendentes, un gol anulado a Maidana y poco para destacar. River pudo jugar bien por momentos pero le dura poco la inspiración y terminaron siendo más los minutos sufridos que aprovechados.
El equipo de Ramón sumó su tercera derrota en 8 fechas. Los goles del albo podrían haberse evitado si el equipo hubiese tenido más concentración y hubiese cometido menos errores infantiles a la hora de marcar y cortar. No se puede culpar a ningún jugador en particular porque el equipo en general mostró un nivel pésimo, salvando dos o tres apariciones. Lo que más preocupa es la irregularidad dentro de un mismo partido. Por momentos, parece que River puede golear y a los pocos minutos se lo llevan por delante por sus propios errores. La frase se repite: El peor enemigo de River... Es River.
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Foto: La Nación |
Ingenuidad. Inmadurez. Incapacidad. Las tres "G" fueron reemplazadas por las tres "I". Esos son los adjetivos que marcan a fuego el River de Ramón modelo 2014. Los errores que comete los paga caros y demuestra que cualquiera puede hacerle partido simplemente aprovechando las desatenciones básicas que comete en todas las líneas. Así fue como los de Floresta ganaron el partido de hoy. River ganaba 1 a 0 y controlaba la pelota, pero en un tiro libre, una expulsión y los primeros 5 minutos del segundo tiempo, destrozó las ilusiones de volver a la victoria de visitante.
La primer media hora de partido fue totalmente de River, que controlaba la pelota y demostraba ganas de lastimar, mientras que el conjunto local no recuperaba la posesión. A los 14' del encuentro llegaría el gol de River luego de una buena combinación entre los colombianos Teo Gutiérrez y Carbonero, que colocó la pelota suavemente contra un palo. Luego de la apertura del marcador, el desempeño fue de mayor a menor y los dirigidos por Rodríguez empezaron a adelantarse en la cancha, aunque fue más por las dudas de River que por mérito propio. Igualmente, el arco de Barovero no corría riesgos claros.
Sin embargo, a la media hora del primer tiempo, All Boys se encontró con un tiro libre en la medialuna del área por una falta de Balanta que el chileno Espinoza pateó fuerte y al ras del suelo. La pelota se coló a la derecha de Barovero y, desde ahí, todo se hizo cuesta arriba para los de Ramón Díaz. El descontrol y nerviosismo en el que cayó el equipo terminó de sepultarlo cuando pocos minutos más tarde Vangioni se fue (correctamente) expulsado por un planchazo muy fuerte contra el mismo autor del gol de All Boys.
El segundo tiempo no podía haber empezado de peor manera: en 3 minutos, el albo se encontró con 2 goles más, de Torassa y Calleri, por errores defensivos realmente inexplicables de parte de un equipo profesional. Así, All Boys parecía liquidar el partido a falta de más de 40 minutos de juego. El marcador estaba 3-1 y River tenía un jugador menos. Sumado a esto, ningún jugador parecía demostrar caracter cuando el equipo más necesitaba una reacción.
Luego, llegó el primer cambio polémico cuando Ramón decidió reemplazar a Teo, de flojo partido, por Matías Kranevitter. Extraño cambio si se toma en cuenta que había que hacer dos goles para llegar al empate. Pero sorpresivamente el equipo se despertó y un minuto más tarde llegó el segundo gol de Carbonero desde un tiro de esquina. De cabeza, el colombiano se encargaba de batir al arquero Cambiasso y poner a River otra vez en el partido y tirar a All Boys contra su área a pesar de tener un jugador de más.
A partir de ahí River controlaba el partido y All Boys tuvo algunas chances de contraataque, pero ambos equipos con más desesperación que claridad. El ingreso del Keko Villalba por Carbonero brindó un poco más de sorpresa pero no mucho más. El equipo no encontró conductor y tampoco hubo jugadores que inclinen el partido a base de individualidades. Así se fueron los 30 minutos que faltaban: Choque, remates intrascendentes, un gol anulado a Maidana y poco para destacar. River pudo jugar bien por momentos pero le dura poco la inspiración y terminaron siendo más los minutos sufridos que aprovechados.
El equipo de Ramón sumó su tercera derrota en 8 fechas. Los goles del albo podrían haberse evitado si el equipo hubiese tenido más concentración y hubiese cometido menos errores infantiles a la hora de marcar y cortar. No se puede culpar a ningún jugador en particular porque el equipo en general mostró un nivel pésimo, salvando dos o tres apariciones. Lo que más preocupa es la irregularidad dentro de un mismo partido. Por momentos, parece que River puede golear y a los pocos minutos se lo llevan por delante por sus propios errores. La frase se repite: El peor enemigo de River... Es River.