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Con sabor a poco

La presentación del equipo de Gallardo no fue de la mejor manera y, si bien por momentos se mostraron ideas y asociaciones interesantes entre los jugadores, se tuvo que conformar con traerse un punto desde La Plata. ¿Qué tiene este equipo y qué le falta para estar a la altura del Campeón?

Foto: La Nación
Primer partido del actual Campeón. Primer partido del Muñeco Gallardo como DT. Primer partido de la era post-Ramón. El partido en el Único de La Plata fue muchas cosas y tenía ese sabor que tienen los primeros partidos de una etapa. El título del Torneo Final 2014 pasó a la memoria y ahora tocaba reivindicar y demostrar que la pasta de campeón sigue en el equipo. Con ilusión e incertidumbre, la Banda salió a la cancha y tuvo un flojo desempeño desde lo colectivo y lo individual.

Primero que nada, hay que recordar que apenas pasó el primer partido y hay que tener paciencia con un equipo desmembrado y un técnico nuevo, y que en este momento estamos viendo a un River "en formación". Las ausencias importantísimas de Balanta, Ledesma, Carbonero, Lanzini, Cavenaghi y Villalva se van a hacer sentir en el equipo hasta que los nuevos titulares puedan afianzarse en la cancha y Gallardo pueda plasmarles su idea futbolística. Dicho esto, pasamos al partido, con la idea de ver un panorama de lo que sería este nuevo River por ahora.

El primer tiempo fue realmente para el olvido. Gimnasia complicó más de lo necesario a Barovero con jugadas de pelota parada o rebotes y carambolas que una descoordinada defensa no podía rechazar limpiamente. Además, se vio una clara falencia en el retroceso y los intentos por frenar los contraataques del equipo de Troglio. Barovero se lució antes de tener que salir por su lesión y los defensores (que fue el único sector del equipo que mantuvo la misma base del torneo pasado) estuvieron atentos en algunos momentos claves que podrían haber terminado en gol. Durante casi toda la primera mitad del partido, los delanteros no le encontraron la vuelta al juego y tuvieron que recurrir al pelotazo o destellos individuales. ¿Cuál fue el punto más flojo, entonces? El mediocampo, que perdió más pelotas que las que ganó y abusó del juego brusco y las faltas. Si los 3 mediocampistas están flojos, los de abajo y los de arriba nunca van a encontrar tranquilidad para hacer su labor como corresponde.

En el segundo tiempo, la cosa mejoró un poco. Los delanteros fueron encontrándose entre ellos y Vangioni y Mercado escalaron un poco mejor que en los primeros 45. Sin embargo, el cambio real no se vio sino hasta una modificación clave: Teo Gutiérrez ingresando por Locas Boyé. El juvenil de River tiene condiciones y habilidades evidentes, pero la experiencia y calidad superlativa del delantero colombiano fue determinante. No solo hizo el gol del triunfo parcial, sino que hizo jugar mejor a todos sus compañeros. También ingresó Mora por Driussi, y no entró de mala manera; quizás le faltó estar un poco más fino a la hora de definir. Además, con Teo y Rodrigo en cancha, se vio una clara mejoría en el nivel de Pisculichi. Esto habla de que si bien todo el mundo riverplatense confía en "los pibes", quizás lo más sabio sea llevarlos de a poco y pasarle la responsabilidad a los más experimentados. Eso siempre y cuando Teófilo no se vaya a Europa y se quede en Núñez, como Gallardo y todos los hinchas queremos.

Sin embargo, cuando ya se moría el partido, el Lobo salió de la cueva y mordió. Un remate espectacular que tapó Chiarini desembocó en un córner que los jugadores de Gimnasia pudieron bajar y definir a medio metro del arco. Nadie saltó a cabecear la pelota que bajaba, y dos jugadores habilitaron al delantero platense que entró solo por el primer palo. Un minuto más tarde, con el tiempo cumplido, arremetió de nuevo Gimnasia e hizo lo que quiso en el área de Charini, y la jugada no terminó en gol de milagro. En un error infantil de una pelota parada, River pierde dos puntos. En un error infantil de un contraataque, River casi pierde el partido.

Sin intención de caer sobre un solo jugador o grupo de jugadores y sin querer ser repetitivos, hace falta aclarar que el punto más flojo fueron los tres mediocampistas, sin duda alguna. Ya sin Ledesma y sin Carbonero, y con Rojas en el banco, Gallardo se la jugó por Ferreyra, Ponzio y Sánchez y ninguno de los tres estuvo a la altura de River Plate. Ferreyra no aportó absolutamente nada al equipo, Sánchez fue lo mismo de siempre (chocar, correr, chocar y volver a chocar) y Ponzio sigue bajando cada vez más su nivel. Esto abrió el debate de la gente: ¿Por qué Ferreyra, Sánchez y Ponzio y por qué no Rojas, Kranevitter, Solari o algún otro? Por el momento, hay que bancar al entrenador y confiar en que el equipo que plantea pueda darnos alegrías con lo que tiene, pero sabemos que en el Más Grande se acortan los tiempos y la exigencia es mayor que en cualquier otro club de Argentina.

En conclusión, River pudo ganarlo y pudo perderlo, y el empate fue justo, pero lo que llama la atención es la ciclotimia del rendimiento y la falta de respuestas de muchos de los jugadores que deberían ser los "baluartes". Apoyemos todos al Muñeco y al equipo, esperando que esto mejore. Apenas pasó una fecha, y además tenemos Copa Argentina y Sudamericana. Que el plantel esté a la altura es lo que todos queremos.

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